El realismo de nuestro entorno

Nuestra aportación por pequeña que sea, es imprescindible

Mucho se viene hablando y escribiendo sobre nuestra auténtica realidad y es que sin temor a caer en derrotismos, tampoco podemos hacer la operación avestruz y meter la cabeza bajo tierra para no ver la auténtica realidad de nuestro entorno. El grito de los sanitarios es que están exhaustos, que no pueden más y es que la prueba de ello está en los hospitales de campaña que se están acondicionando en los lugares más imprevistos:. Iglesias, capillas, hoteles, antiguos cuarteles; están desbordados y su clamor debería de ser el nuestro, el de la prudencia máxima en nuestro estilo de vida. Ya son familias enteras las que han sido presas del Covid  y rara es la familia que no tiene en su entorno a alguien en el hospital o en cuarentena.

Y todo ello nos lleva a una crisis económica sin parangón, donde la clase media está desapareciendo, dando paso a una clase empobrecida, sin medios para subsistir, como se puede constatar y apreciar en los centros asistenciales, especialmente en las Caritas de nuestra ciudad y de todas las ciudades y  municipios de España, a  las que ya no solo se acerca el perfil del anciano sin medios, el alcohólico o el drogadicto, ahora son jóvenes, matrimonios o parejas que no tienen a quien recurrir y necesitan comer, necesitan sobrevivir, precisan de lo más indispensable, para pagar la luz, para dar de comer a sus hijos, para sentirse personas. Ante tanto dolor, se espera que reaccionen los gobiernos, pero también es un grito de llamada para que todos nos sintamos corresponsables y aprendamos a compartir, porque su dolor debe ser nuestro dolor y nuestra aportación por pequeña que sea, es imprescindible, tanto en la ayuda económica, como en la ayuda personal colaborando en los distintos servicios asistenciales.

La entrevista que  han realizado a D. José A. Sánchez Herrera en Cope no tiene desperdicio. Os la dejamos para que viváis de propia voz la situación actual.

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